#PSYTECH, el futuro de la Neurotecnología

El pasado jueves 14 de febrero tuvimos la oportunidad de asistir al encuentro #PsyTech, la cuarta edición de una serie de eventos sobre neurotecnología organizados por Sincrolab.

¿Y qué es Sincrolab? Se trata de una plataforma para la estimulación de las capacidades cognitivas que permite un entrenamiento personalizado, estandarizado y validado científicamente, y con el que en Avanti tenemos el gusto de trabajar desde el pasado noviembre.

Los eventos #PsyTech tienen como objetivo reunir expertos de los sectores sanitario, tecnológico, e-health y educativo para exponer y debatir acerca de contenidos, novedades, o casos clínicos relacionados con la integración de la tecnología en salud mental.

En este último encuentro se abordaba la cuestión de cómo utilizar de la mejor manera los avances y herramientas tecnológicos que disponemos en salud mental. Las plataformas digitales sobre salud, la terapia virtual, herramientas de realidad virtual para evaluación, dispositivos de biofeedback y neurofeedback en intervenciones psico y neuropsicológicas… tienen gran potencial y respaldo científico; no obstante, resulta fundamental prescribirlos de manera adecuada y específica para que toda esta innovación tenga sentido.

Entre los tres ponentes invitados,

  • Manuel Antonio Fernández, neuropediatra reconocido por la web Doctoralia como pediatra del 2015,
  • Alberto Ramírez, socio-director de GRUPOVS y de la metodología Díde, y
  • Carmen Castelló, cofundadora del Proyecto Educativo Areteia y actual directora del instituto Elea,

Además del organizador principal y CEO de Sincrolab Nacho de Ramón, se plantearon temas interesantes como la utilización del Big Data para generar indicadores que influyen en posibles dificultades del aprendizaje y del desarrollo. También hablaron sobre los avances tecnológicos desarrollados para la detección de TDAH a partir de las bases neurobiológicas del mismo. Y por último trataron la necesidad de una atención y sistema de aprendizaje específicos para la gran diversidad de cerebros (con y sin trastornos del neurodesarrollo) infantiles que encontramos hoy en día.

Todo esto, sin dejar de obviar la responsabilidad que tenemos a la hora de utilizar todas estas novedades ni los riesgos asociados al uso indebido de la tecnología.

A propósito de estos riesgos recién mencionados, el uso desadaptativo que hacemos de móviles, ordenadores u otros aparatos (en especial por parte de los menores) constituye otro indicador de riesgo para el desarrollo que, aunque seamos conscientes de ello y lo repitamos sin parar, sigue sin recibir la atención necesaria en los hogares, las escuelas ni incluso en los protocolos de evaluación psicopedagógica.

Los niños nacen con un móvil en la mano, estamos cansados de decirlo y oírlo, pero eso no significa que lo sepan utilizar bien, ni que los adultos que les rodean les sepan guiar en ese aprendizaje del correcto uso.

Estamos en la Era Tecnológica, eso lo sabemos todos. Las nuevas tecnologías ya están presentes en la gran parte de nuestras vidas, tanto de adultos como de adolescentes y más pequeños. Y tiene su doble vertiente, negativa y positiva, también lo sabemos todos. En este sentido, parece que a veces vamos por detrás de la tecnología; vamos encontrando soluciones a posteriori, centrándonos más en la reparación que en la formación y prevención.

Un curioso ejemplo expuesto el Sr. Fernández:  la tecnología ya ha llegado a las aulas, pero con cierta duda sobre hasta qué punto de forma adecuada; no parece haber formación (y motivación) de los docentes para aprender a usar las plataformas y ordenadores, ni una metodología diferente de aprendizaje, ni una instalación estudiada de las pizarras digitales para que sean bien vistas desde cada punto de la clase…

Otro ejemplo: se inaugura en Madrid el primer servicio de atención en adicciones tecnológicas, en el año 2018. Supone un gran avance, ya que está destinado al tratamiento de la adicción pero también a la prevención y sensibilización a través de psicoeducación y asesoramiento a las familias, y un punto importante: la formación de profesionales médicos, servicios sociales y educativos acerca de los mecanismos que les permitan conocer y detectar las adicciones tecnológicas. Esperamos que la parte de prevención y formación tengan a partir de ahora en adelante más peso y relevancia para ponernos por delante.

Estos dos ejemplos son sólo dos reflejos más de lo importante que es no solo introducir la tecnología en nuestras vidas para aprovecharnos de todo su potencial (tanto en educación como salud, incluyendo la mental), sino de hacerlo con sentido y conocimiento.

Por último, a través de la exposición de varios casos clínicos de evaluación neuropsicológica, pudimos extraer la principal conclusión que nos ha quedado gravada de este interesante encuentro y con la que en Avanti no podemos estar de acuerdo:

Cuando hay una buena evaluación, exhaustiva y específica para cada caso, siempre podrá existir una buena intervención.

Sin duda, ¡no fallaremos en la quinta edición de #PsyTech!